En año 2022, la NASA desvió la trayectoria de un asteroide, ¿pudo ser mala idea?
- MONITOR
- 10 jul
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Redacción El Monitor
Los efectos secundarios de la colisión podrían comprometer las estrategias de defensa planetaria de la Tierra. Los escombros podrían haber aportado un impulso adicional
La NASA logró modificar la órbita de un asteroide por primera vez en la historia con la misión DART. Sin embargo, nuevas investigaciones han puesto en duda los beneficios de esa colisión tras detectar efectos secundarios no previstos que podrían comprometer futuras estrategias de defensa planetaria. La nave impactó contra Dimorphos, una roca de 170 metros que orbita alrededor del asteroide mayor Didymos, acortando su órbita en 32 minutos. En aquel momento, el éxito fue rotundo y se interpretó como una prueba sólida de que es posible desviar cuerpos celestes si alguna vez amenazan la Tierra.
El entusiasmo, no obstante, ha dado paso a la preocupación. Un reciente estudio publicado en The Planetary Science Journal, liderado por el astrónomo Tony Farnham, ha revelado que la colisión provocó la expulsión de más de 30 grandes rocas. Estas, al ser proyectadas a gran velocidad, aportaron un impulso adicional no calculado inicialmente.
Rocas expulsadas a alta velocidad
Las imágenes captadas por el satélite LICIACube, desarrollado en Italia, y las observaciones posteriores del telescopio Hubble, confirmaron la existencia de dos grupos distintos de fragmentos. Estos escombros no se dispersaron al azar, sino en direcciones concretas y con velocidades que superaban los 50 metros por segundo. El estudio indica que el impulso generado por la eyección de estas rocas fue más de tres veces superior al provocado por el impacto directo de DART. Este fenómeno pudo haber inclinado el plano orbital de Dimorphos hasta un grado, lo que añade un elemento de imprevisibilidad a futuras misiones similares.
La geóloga planetaria Jessica Sunshine, también de la Universidad de Maryland, explicó que las diferencias en la estructura superficial de los cuerpos impactados pueden cambiar drásticamente los efectos del impacto. Dimorphos, a diferencia del cometa Tempel 1, tiene una superficie rocosa e irregular, lo que habría potenciado la dispersión de los fragmentos. Dos grandes rocas identificadas como Atabaque y Bodhran habrían sido golpeadas por los paneles solares de la nave antes del choque principal, lo que provocó una eyección especialmente intensa. El 70 % de los fragmentos expulsados provendría del bloque Atabaque, según los datos analizados.
Con el fin de estudiar el sistema Didymos-Dimorphos en mayor profundidad y evaluar los riesgos que plantean los escombros, la Agencia Espacial Europea trabaja en la misión Hera, que tiene previsto su lanzamiento en 2026. Esta sonda analizará de forma precisa la evolución del sistema tras el impacto y los posibles peligros que los restos podrían representar para futuras misiones.
Los expertos subrayan que cualquier desviación involuntaria en la trayectoria de un objeto cercano a la Tierra puede tener consecuencias críticas si se calcula mal. Por tanto, comprender todas las variables físicas implicadas en un impacto se vuelve imprescindible.










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