Asteroide pasó a solo 428 km de la Tierra; no fue detectado
- MONITOR
- 8 oct
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(Agencia)
Un pequeño asteroide pasó rozando nuestro planeta la semana pasada a una distancia similar o incluso menor que la de muchos satélites, y los astrónomos ni siquiera lo vieron venir. El objeto, ahora oficialmente denominado 2025 TF, sobrevoló silenciosamente la Antártida el 1 de octubre a las 00:47:26 UTC, a tan solo 428 kilómetros de la superficie terrestre, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Para poner esta distancia en perspectiva, el asteroide pasó dentro de la órbita habitual de la Estación Espacial Internacional (EEI), que oscila entre 370 y 460 kilómetros de altura, aclaró la agencia.
Este sobrevuelo representa el segundo mayor acercamiento registrado de un asteroide que no impactó contra nuestro planeta. De acuerdo con Science Alert, el récord actual lo mantiene una roca llamada 2020 VT4, que pasó a solo 368 kilómetros en noviembre de 2020.
Lo más llamativo, sin embargo, no fue su cercanía, sino su discreción. El asteroide no fue detectado hasta horas después de su sobrevuelo, cuando los datos del Catalina Sky Survey, un programa estadounidense de detección de objetos cercanos a la Tierra, revelaron su trayectoria.
De hecho, de acuerdo con Science Alert, el primer reporte formal llegó desde el Observatorio Kitt Peak-Bok en Arizona, a las 06:36 UTC, unas seis horas después del paso cercano.
Lo que siguió fue una carrera contra el tiempo para afinar la información. Astrónomos de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA utilizaron el telescopio del Observatorio Las Cumbres en Australia para confirmar su órbita y reconstruir su trayectoria exacta.
Un trabajo de precisión astronómica, considerando que rastrear una roca de uno o dos metros de ancho en la inmensidad del espacio es, en palabras de la ESA, una auténtica hazaña.
En realidad, no. Con un diámetro estimado de apenas 1 a 3 metros –más o menos el tamaño de un automóvil pequeño–, el 2025 TF no representaba ninguna amenaza significativa.
De haber entrado en nuestra atmósfera, probablemente se habría desintegrado en forma de una espectacular bola de fuego. De hecho, según bromeó Science Alert, el único que podría haber encontrado restos del evento habría sido "algún pingüino curioso".
Curiosamente, este no fue el único visitante celestial de la semana. Apenas un día después, el 2 de octubre, los astrónomos del Observatorio Mount Lemmon en Arizona detectaron otro asteroide –esta vez pasando por debajo de la Tierra–, denominado 2025 TQ2, pocas horas antes de que pasara a unos 4.851 kilómetros sobre Canadá.
Esta distancia, aunque considerablemente mayor que la del 2025 TF, sigue siendo menor que el propio diámetro de la Tierra.
Según EarthSky, estos dos objetos no están relacionados entre sí. El 2025 TQ2 pertenece a una categoría conocida como asteroides de tipo Aten y orbita alrededor del Sol cada 285 días, mientras que el 2025 TF es un asteroide de tipo Apolo con una órbita de 751 días.











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