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Un hallazgo sorprendente en el espacio desafía lo que creíamos saber


Redacción El Monitor


El telescopio espacial Euclid, con una inversión de 1.400 millones de dólares, ha dado un golpe de autoridad en el mundo de la astronomía al detectar un fenómeno sorprendente en una de sus primeras imágenes de prueba. Lo que parecía una galaxia más ha resultado ser algo mucho más especial: un Anillo de Einstein, una estructura formada por la distorsión gravitacional de la luz. Este descubrimiento refuerza la capacidad de Euclid para investigar los secretos del universo oscuro y podría llevar a nuevas revelaciones en el futuro.


Los Anillos de Einstein son una forma rara de lente gravitacional, un efecto predicho por la teoría de la relatividad general de Albert Einstein. Se producen cuando la luz de un objeto distante se curva por la presencia de una enorme masa en primer plano, creando una imagen circular perfecta alrededor de la galaxia que actúa como lente.


Estos anillos permiten a los astrónomos observar objetos lejanos con una nitidez imposible de lograr de otro modo, amplificando la luz y revelando detalles ocultos. Aunque los telescopios han identificado varios de estos anillos en el pasado, el caso detectado por Euclid es especial por su proximidad a la Tierra y por la claridad con la que ha sido captado.


El Anillo de Einstein identificado por Euclid se encuentra en la galaxia NGC 6505, situada a unos 590 millones de años luz de la Tierra. A pesar de que los astrónomos conocen esta galaxia desde 1884, nunca antes habían detectado la presencia de este fenómeno. Esto pone de manifiesto que el cosmos aún guarda muchas sorpresas, incluso en regiones que han sido estudiadas durante décadas.


Con su tecnología avanzada, Euclid ha logrado capturar la imagen con una precisión sin precedentes, lo que demuestra su capacidad para revelar estructuras cósmicas ocultas. Según Conor O’Riordan, astrofísico del Instituto Max Planck y autor principal del estudio, este anillo es especialmente notable por su cercanía y su perfecta alineación.


A diferencia del telescopio Webb, que se centra en el estudio de las primeras galaxias y la evolución del cosmos, Euclid tiene una misión más específica: desentrañar los misterios de la materia oscura y la energía oscura, que conforman aproximadamente el 95 % del universo.


Desde sus primeras imágenes científicas, publicadas en noviembre de 2023, Euclid ha demostrado su enorme potencial.


En mayo de 2024, el equipo del telescopio presentó imágenes obtenidas en tan solo 24 horas de observación, con una resolución cuatro veces superior a la de los telescopios terrestres.


Y en octubre del mismo año, la ESA reveló una imagen colosal de 208 gigapíxeles que muestra aproximadamente 14 millones de galaxias, parte de lo que será el mayor mapa tridimensional del universo jamás creado.


Hasta la fecha, los astrónomos han identificado menos de 1.000 lentes gravitacionales fuertes, pero los expertos esperan que Euclid encuentre alrededor de 100.000 durante su misión. Su capacidad para detectar estos fenómenos con una claridad sin precedentes podría revolucionar la forma en que estudiamos el cosmos y ayudarnos a comprender mejor la estructura y evolución del universo.


Este descubrimiento es solo un anticipo de lo que Euclid puede lograr. Si un hallazgo tan impresionante ha surgido en sus primeras pruebas, el futuro de la astronomía promete muchas más sorpresas.

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