Enojo colectivo en el sur; la paciencia de los sureños se agota
- MONITOR
- 22 jul
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Merlina De la Rosa
Tejupilco, México. Un megaoperativo conjunto de fuerzas federales y estatales desató la indignación y el hartazgo de los habitantes de la región sur del Estado de México, quienes denuncian una estrategia fallida y abusos sistemáticos por parte de las autoridades; acusan que lejos de combatir eficazmente al crimen organizado, estos despliegues generan caos, afectan la ya precaria economía local y socavan la poca confianza que aún queda en las instituciones.
El clamor es unánime: operativos como el denominado "Operación Liberación", no han hecho mella alguna en la La Familia Michoacana, grupo criminal que sigue dictando las reglas en municipios como Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya e Ixtapan de la Sal; los sureños reclaman que, tras más de 20 años de incursiones que califican de "simulación", la situación sigue igual o peor, con la delincuencia organizada permeando incluso los ayuntamientos.
Un pueblo paralizado y la economía golpeada
El pasado lunes, la región se sumió en un caos, cierres carreteros que se prolongaron casi 24 horas, estaciones de gasolina sin combustible y enfrentamientos verbales entre uniformados y ciudadanos que defendían sus negocios, marcaron la jornada. Las denuncias de "siembra de droga", clausuras injustificadas y saqueos resonaron entre los afectados en toda la reion6, donde sin pocas las voces que apoyan estas medidas, según dicen otros, "estériles", para acabar con la también llamada FM.
Este martes, Tejupilco amaneció como un pueblo fantasma, mientras que el tradicional tianguis de Luvianos registró una escasa afluencia, golpeando severamente el bolsillo de comerciantes que dependen de sus ventas diarias para subsistir. En San Pedro Limón, Tlatlaya, la tensión escaló al punto que el "pueblo" logró revertir la confiscación de una ferretería y otros negocios, presuntamente vinculados a la delincuencia, obligando a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México a retirar sellos y devolver inmuebles;l os inconformes fueron claros: este tipo de operativos no los "liberan" de nada.
Violencia e insultos, crece la indignación
La indignación se acentúa con la vandalización de una patrulla de la Secretaría de Seguridad del Estado de México en los límites entre Tejupilco y Tlatlaya, dicha unidad que se dirigía a San Pedro Limón con víveres para 24 elementos incomunicados, fue retenida y dañada por habitantes, lo que reflejs la escalada de tensión que dificulta la movilidad de las fuerzas de seguridad en la zona.
Cateos violentos y la voz del hartazgo
Familias de Tlatlaya, Tejupilco y Luvianos, quienes pidieron anonimato por temor a represalias, exigieron explicaciones al titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Relataron con impotencia cómo elementos de investigación irrumpieron violentamente en sus hogares o negocios, portando órdenes de cateo que, en muchos casos, ni siquiera les permitieron leer. "Ni siquiera había leído la orden cuando ya estaban dentro de mi propiedad ejecutando de manera violenta la búsqueda de no sé qué, porque aquí no hay drogas, ni grandes cantidades de dinero ilícito, somos gente que trabaja honradamente", expresó un vecino apellidado Rojo Rodríguez, sintetizando el sentimiento de impotencia y desconfianza que embarga a los sureños.
La "tierra caliente" del sur mexiquense parece ser escenario de una estrategia fallida que, en lugar de combatir eficazmente al crimen organizado, erosiona la confianza ciudadana y agrava la ya compleja situación económica y social de la región. La población exige un cambio de rumbo, una estrategia real y respetuosa que ponga fin a los atropellos y garantice la seguridad sin pisotear sus derechos.
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