China envía roedores al espacio y prevé que sus taikonautas pisen la Luna en 2030
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(Agencias)
La nave Shenzhou-21 despegó este viernes desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, en el noroeste de China, rumbo a la estación espacial Tiangong. El lanzamiento se produjo a las 23:44 (hora local) y marca un nuevo capítulo en la historia espacial del país asiático.
La tripulación está integrada por el veterano comandante Zhang Lu, junto a Wu Fei y Zhang Hongzhang, ambos debutantes en el espacio. Durante los próximos seis meses, los astronautas realizarán 27 experimentos científicos centrados en biotecnología, medicina aeroespacial y materiales avanzados.
Pero la atención internacional se centra en unos pasajeros muy particulares: cuatro ratones, dos machos y dos hembras, que serán los primeros mamíferos pequeños en vivir dentro de la estación Tiangong. Este experimento inédito busca entender cómo la falta de gravedad afecta su comportamiento, fisiología y adaptación.
El ingeniero Han Pei, de la Academia China de Ciencias, explicó que el estudio permitirá “dominar tecnologías clave para la cría y el monitoreo de pequeños mamíferos en el espacio”. Para ello, los ratones fueron seleccionados entre más de 300 candidatos tras un riguroso entrenamiento de 60 días.
urante su estancia, que durará entre cinco y siete días, serán observados por cámaras de alta precisión y sensores de movimiento. Los científicos esperan obtener datos sobre su metabolismo, alimentación y respuesta al estrés en microgravedad.
El experimento también servirá para diseñar protocolos de emergencia y adaptación biológica, fundamentales para futuras colonias espaciales o viajes de larga duración. Los roedores regresarán a la Tierra en la nave Shenzhou-20, lo que permitirá comparar sus condiciones antes y después de la misión.
Antes del lanzamiento, el comandante Zhang Lu aseguró que su objetivo era convertir la estación Tiangong en una “utopía” orbital, donde los astronautas también realizarán actividades simbólicas como tai-chi, jardinería y poesía durante su estancia.
Estas palabras reflejan la estrategia de Pekín: combinar rigor científico y cultura nacional como parte de su proyecto de “poder blando” en el espacio. La estación Tiangong —cuyo nombre significa Palacio Celestial— es la primera completamente construida y gestionada por China, después de su exclusión de la Estación Espacial Internacional (ISS) por motivos de seguridad.
La Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA) confirmó que todos los sistemas de la Shenzhou-21 funcionaron “sin contratiempos”. Su portavoz, Zhang Jingbo, reiteró que el país mantiene su objetivo de enviar un astronauta a la Luna antes de 2030.
China ya ha comenzado a entrenar astronautas extranjeros, incluidos dos paquistaníes, uno de los cuales podría participar en una misión de corta duración como especialista en carga. Sería la primera vez que un extranjero viaja en una misión espacial china, un gesto que subraya la ambición internacional del programa.
Con cada lanzamiento, Pekín busca consolidarse como la tercera gran potencia del espacio, junto a Estados Unidos y Rusia. Pero con esta misión, China también demuestra que su mirada está puesta en la biología, la cooperación y el futuro de la vida más allá de la Tierra.










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