Sanae Takaichi, fan de Iron Maiden y protegida de Shinzo Abe, fue elegida primera ministra de Japón
- MONITOR
- 22 oct
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(Agencia)
Takaichi fue elegida primera ministra de Japón, la primera mujer que lo consigue en la historia del país. Fue el apogeo de un inverosímil ascenso en la política y un hito en un país donde las mujeres llevan mucho tiempo luchando por conseguir influencia.
Takaichi, de 64 años, quien creció cerca de la antigua capital japonesa de Nara, desafía las etiquetas fáciles. En una ocasión habló sin rodeos sobre los retos de trabajar en política como mujer en Japón, pero ahora es la líder del Partido Liberal Democrático, tradicionalista y dominado por los hombres. Ha expresado su preocupación por la dependencia de Japón respecto a Estados Unidos, pero también ha dicho que espera colaborar estrechamente con el presidente Donald Trump. Es una baterista aficionada que idolatra a grupos como Iron Maiden y Deep Purple, aunque también viste trajes azules en homenaje a su otra heroína, la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
Se espera que Takaichi, protegida de Shinzo Abe, el primer ministro japonés que se mantuvo durante más tiempo en el poder, asesinado en 2022, lleve a Japón más a la derecha, en respuesta a una reciente oleada populista que guarda ciertas similitudes con el movimiento MAGA de Trump. Ella ha adoptado políticas de línea dura respecto a China; ha impulsado el mensaje de que “Japón ha vuelto”; ha restado importancia a las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial; y ha prometido regular más estrictamente la inmigración y el turismo.
“Quiere hacer un Japón fuerte y próspero para el pueblo japonés y para el mundo”, dijo Yoshiko Sakurai, destacada periodista y activista que ha apoyado a Takaichi. “Está abierta al mundo exterior. Pero también comprende que tenemos que ser realmente buenos japoneses. Tenemos que conocer nuestra propia cultura, tradiciones, filosofía e historia”.
Takaichi enfrentará su mayor prueba hasta la fecha al lidiar con una nueva incertidumbre sobre la alianza militar y económica de Japón con Estados Unidos. Se espera que la próxima semana se reúna en Tokio con Trump, quien ha puesto nerviosos a los funcionarios japoneses con aranceles y sugerencias de que el país debería pagar más por la presencia de soldados estadounidenses en la región.
Mientras que muchos políticos japoneses proceden de círculos ricos y de élite, Takaichi creció en circunstancias humildes en la prefectura de Nara, una zona repleta de templos, santuarios, densos bosques y ondulantes colinas verdes. Su madre trabajaba para el departamento de policía, y su padre trabajaba en una fábrica de refacciones de automóviles.
Motoko Shimada, amiga de la infancia de Takaichi, recordaba a su compañera de clase con coletas, compartiendo onigiri caseros, o bolas de arroz, y tortillas de huevo enrolladas con alumnos que se habían olvidado de la lonchera en una excursión escolar.










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