¿Qué hay dentro del ojo de un huracán y cómo se forma?

El ojo de un huracán siempre llama la atención y aquí te contamos cómo se forma, qué hay en su interior y por qué es tan peligroso su paso.

(Agencias)

El ojo del huracán es una de las zonas más sorprendentes dentro de estos fenómenos meteorológicos. Aunque la imagen general de un huracán suele estar asociada con caos, destrucción y lluvias torrenciales, su núcleo es completamente diferente: una región de calma, con cielos claros y vientos suaves.

Pocas personas se imaginan que en medio de una tormenta tan intensa pueda existir un espacio relativamente tranquilo.

¿Cómo se forma el ojo de un huracán?

Para que un huracán adquiera su forma, primero debe alcanzar una velocidad de viento superior a los 118 km/h. En ese punto, el sistema atmosférico comienza a organizarse alrededor de un centro definido, donde se genera el ojo.

La Universidad Nacional Autónoma de México explica que los ciclones tropicales se clasifican de acuerdo con la velocidad de sus vientos.

Si no superan los 62 km/h se llaman depresiones tropicales; si oscilan entre 63 y 117 km/h son tormentas tropicales, y solo cuando exceden los 118 km/h reciben el nombre de huracanes.

En estos casos es común que se forme un ojo bien definido, con un diámetro que puede variar entre los 30 y los 65 kilómetros.

¿Qué hay dentro del ojo del huracán?

En la parte más central del huracán, el entorno es muy distinto al resto de la tormenta. Se registra la presión atmosférica más baja de todo el sistema, y las temperaturas dentro del ojo pueden superar en 10 ºC a las del entorno.

Esto quiere decir que dentro del ojo del huracán las temperaturas son un poco más cálidas que en su exterior.

Una analogía útil para entender este fenómeno es la de una secadora de ropa girando: el centro queda despejado debido a la fuerza centrífuga. Lo mismo ocurre dentro del huracán.

El aire caliente asciende, pero parte de ese aire se dirige hacia el centro, donde desciende y se seca, generando un ambiente sin nubosidad.

La pared del ojo: el punto más peligroso del huracán

Mientras el ojo parece ofrecer una pausa en medio de la tormenta, lo que lo rodea representa el mayor riesgo. Esta región, conocida como la pared del ojo, es un anillo de nubes densas que concentran los vientos más fuertes y las lluvias más intensas del huracán.

La transición entre el ojo y su pared puede ser abrupta. En solo unos minutos se puede pasar de la calma a condiciones extremas.

De hecho, se recomienda no bajar la guardia si se percibe esta tranquilidad, ya que el resto del huracán aún no ha terminado de pasar.

¿Cómo identificar el paso del ojo del huracán?

Hoy en día, con la ayuda de satélites y radares, es posible seguir el avance de un huracán en tiempo real. También se utilizan aviones especiales que ingresan al ojo para medir la presión, un indicador importante de la intensidad del fenómeno.

A nivel del suelo, hay señales que podrían indicar que uno se encuentra dentro del ojo del huracán. Entre ellas, destacan una caída repentina en la presión, un aumento en la temperatura y la presencia de vientos suaves o incluso cielo despejado.

Estas condiciones, sin embargo, no deben interpretarse como el fin de la tormenta. Una vez que el ojo ha pasado, lo que sigue puede ser incluso más violento que lo anterior.

Esto se debe, en gran parte, al efecto Coriolis, una fuerza derivada de la rotación de la Tierra que hace que los huracanes giren en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte.

Este efecto provoca que los vientos más intensos se acumulen del lado derecho del huracán. Además, la pared del ojo está formada por cumulonimbos, un tipo de nube de gran altura y desarrollo vertical que causa tormentas severas.

Por estas razones, los meteorólogos insisten en que nadie debe salir de su refugio durante el paso del ojo.