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La guerra de Ucrania pasa factura al bolsillo de los rusos


Redacción El Monitor


El aumento del precio ha disparado los hurtos en tiendas, obligando a los supermercados a proteger la mantequilla en llamativos envoltorios de plástico.


Pero la mantequilla no es el único alimento básico cuyo precio ha aumentado vertiginosamente. De hecho, el precio de la patata ha aumentado un 56,4% desde principios de año.


La leche, la energía e incluso el dinero se suman a los productos cuyo creciente coste ha llevado a los rusos a ajustar sus gastos.


Un comprador declaró al medio de comunicación: "Cada mañana solemos comer mantequilla en el desayuno. Compramos leche, queso, salchichas, huevos y pan. ¿Y a dónde han ido esos 1.500 rublos (15,35 dólares)? Es muy caro. No entiendo por qué suben los precios”.


Con un 6,3% del PIB destinado al ejército en 2025 (es decir, un tercio del presupuesto estatal), no es de extrañar que el coste de vida en Rusia siga subiendo.


Este porcentaje supera lo que el gobierno ruso gastó en el ejército durante toda la Guerra Fría, que duró 44 años, entre 1947 y 1991.


Lo que ha sorprendido al mundo es cómo la economía rusa ha logrado prosperar durante tanto tiempo, a pesar del gasto masivo en la guerra.


En 2022, cuando Putin envió tropas a su vecino y Occidente impuso sanciones, los economistas globales predijeron el colapso de la economía rusa de 2 billones de dólares.


A pesar de las sanciones internacionales, la economía rusa experimentó un crecimiento superior al de Estados Unidos y la mayor parte de Europa, adaptándose rápidamente a una economía de guerra.


Rusia consolidó sus mercados energéticos y financieros, y buscó apoyo en aliados orientales como China, que contribuyó con el oleoducto ESPO, encargado de transportar petróleo crudo desde Rusia hacia los mercados de Asia y el Pacífico.


Sin embargo, podría estar agotándose su suerte: los tipos de interés han alcanzado el 21% y el Banco Central prevé una tasa de inflación entre el 8% y el 8,5% para este año.


Expertos, como Jim O'Neil, ex economista jefe de Goldman Sachs, dudan de que la situación actual de Rusia sea sostenible a largo plazo.


"Todo se debe al enorme gasto ruso en defensa", comentó O'Neil a Reuters. "Por eso creo que las perspectivas a medio y largo plazo son bastante sombrías".


Los analistas rusos advierten sobre la posibilidad de una "inflación sin crecimiento", mientras que la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, señala que se requieren cambios más drásticos para revitalizar la economía.



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