Redacción El Monitor
Los líderes de Estados Unidos e Israel hablaron este jueves después de que Washington expresara su “indignación” por el asesinato por Israel de siete trabajadores humanitarios y la creciente preocupación por sus operaciones militares en la asediada Gaza.
El presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamin Netanyahu mantienen sus primeras conversaciones telefónicas desde mediados de marzo.
La llamada llega días después que los ataques israelíes mataran el lunes a siete colaboradores de la organización benéfica estadounidense World Central Kitchen, informaron medios israelíes. Uno de ellos era estadounidense.
Biden se declaró “indignado y desconsolado” por el ataque, que suscitó la condena de todo el mundo, incluidos el Secretario General de la ONU y el Papa.
Los cadáveres de seis empleados extranjeros de WCK -ciudadanos australianos, británicos, polacos y estadounidense- fueron repatriados desde Gaza a través de Egipto el miércoles, mientras que el empleado palestino fue enterrado en Gaza.
También estaba previsto que Biden y Netanyahu hablaran de los planes de Israel de enviar fuerzas terrestres a la densamente poblada ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, una medida a la que Estados Unidos se opone por motivos humanitarios y que ha crispado las relaciones entre los dos aliados.
Los mandatarios también discutirán del conflicto más amplio de Israel con Irán y sus aliados, después de que se responsabilizara a Jerusalén del ataque del lunes contra Damasco en el que murieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní, dos de ellos generales.
El presidente estadounidense ha apoyado a Israel en la guerra de casi seis meses desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre y ha mantenido los suministros militares a su aliado.
Pero, en medio de la creciente indignación interna por la guerra en un año electoral para Estados Unidos, su administración también ha expresado su frustración con el primer ministro derechista de Israel por la conducción de la guerra y el sufrimiento de los gazatíes.
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, también expresó su “indignación” por los asesinatos de los cooperantes -que Israel ha admitido- en una llamada telefónica con su homólogo israelí, Yoav Gallant.
Austin insistió en la necesidad de proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles y de “aumentar rápidamente la ayuda” a Gaza, “en particular a las comunidades del norte de Gaza que corren riesgo de hambruna”, según el Pentágono.
Austin declaró que la “tragedia reforzaba la preocupación expresada por una posible operación militar israelí en Rafah, centrándose específicamente en la necesidad de garantizar la evacuación de los civiles palestinos y el flujo de ayuda humanitaria”.
Biden y su administración llevan meses instando pública y privadamente a Israel a que se abstenga de realizar una incursión a gran escala en Rafah sin un plan creíble para reubicar y salvaguardar a los no combatientes.
Netanyahu ha prometido destruir a Hamas, incluso en Rafah, y traer de vuelta a casa a los rehenes, al tiempo que se compromete a trasladar primero a los más de un millón de civiles de la ciudad fuera de peligro.
El ejército israelí declaró que Gallant y Austin habían discutido “planes para ampliar las operaciones a fin de hacer frente a los batallones y capacidades militares restantes de Hamas”.
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