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Estudiantes propalestinos provocan el caos en las universidades de EE.UU

 

Los estudiantes estadounidenses exigen que sus universidades condenen el ataque de Israel a Gaza y desinviertan en empresas que venden armas a Israel.

 

Redacción El Monitor

 

La Universidad de Columbia en Nueva York se ha visto obligada a cancelar las clases presenciales hasta el fin del semestre tras una serie de protestas de estudiantes propalestinos en los campus de algunas de las universidades más prestigiosas del país.

 

Decenas de personas han sido arrestadas en la Universidad de Nueva York y la Universidad de Yale, mientras las puertas de Harvard Yard se cerraron al público el lunes. La semana pasada, más de 100 manifestantes que acampaban en la Universidad de Columbia fueron detenidos.

 

Las instituciones educativas están intentando calmar las tensiones, generadas por la guerra entre Israel y Hamás, mientras los estudiantes exigen que sus universidades condenen el ataque de Israel a Gaza y desinviertan en empresas que venden armas a Israel.

 

"Es hora de que demostremos que sí, que queremos ser visibles. La universidad debería hacer algo con respecto a lo que estamos pidiendo. Sobre el genocidio que está ocurriendo en Gaza. Deberían dejar de invertir en este genocidio que ahora sufre nuestro pueblo", dijo el negociador principal de Desinversión en Apartheid de la Universidad de Columbia, Mohammad Khalil.

 

Pero las manifestaciones no sólo amenazan el orden público en los campus, sino que también aleja a algunos estudiantes judíos que dicen que gran parte de las críticas a Israel se han desviado hacia el antisemitismo y se sienten inseguros. Tanto las autoridades de Nueva York como la Casa Blanca han condenado las protestas.

 

"Condeno las protestas antisemitas, por eso he creado un programa para abordarlas. También condeno a aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos", afirmó el presidente Joe Biden.

 

Protestas similares están ocurriendo en Europa: alrededor de 100 estudiantes ocuparon una sala de conferencias en Sciences Po en Francia el mes pasado.

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