Brutal asesinato de empresario en México
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(Agencias)
Fue asesinado el comerciante mexicano Alberto Prieto Valencia mientras circulaba por el cruce de la avenida Topacio y la calle Brillante, en los límites entre Zapopan y Guadalajara, en el país norteamericano. Prieto viajaba en una camioneta Lamborghini Urus de color naranja, acompañado por su hija de 16 años y custodiado por un convoy de escoltas privados, varios de los cuales eran exmilitares.
Al menos30 personas armadas, según el medio mexicano Quinto Poder, interceptaron el convoy utilizando al menos dos camionetas tipo pick-up. Los atacantes descendieron de sus vehículos y abrieron fuego de manera directa contra el Lamborghini. El vehículo de lujo recibió ráfagas durante aproximadamente 10 minutos.
En la escena del crimen, las autoridades recolectaron alrededor de 200 casquillos de armas de alto calibre esparcidos por la vía pública. La Fiscalía de Jalisco ha confirmado que la agresión no fue un incidente fortuito, sino un ataque directo contra el empresario.
Salvador Zamora, secretario general de Gobierno de Jalisco, informó que la investigación avanza y que una de las hipótesis centrales que indaga la Fiscalía estatal es la posible relación de Prieto Valencia con las llamadas “rifas colombianas” ilegales detectadas en el Mercado de Abastos.
“Grupo Reforma, en algún momento, señaló algúnvínculo de esta persona con aquellas rifas colombianas ilegales que aparecieron en el mercado de Abastos. Son notas periodísticas que existen y que, pues habrá que tomarlas en cuenta en la investigación”, sostuvo Zamora ante los periodistas.
Se trata de una práctica criminal que, bajo la apariencia de un sorteo tradicional, funciona con todo un esquema de extorsión y cobro de “derecho de piso” en centros de distribución comercial o plazas de mercado en ese país. Zamora explicó que ese esquema está ligado al modelo de préstamo ilegal “gota a gota”, una modalidad de usura con altos intereses diarios donde los comerciantes son coaccionados para participar en las rifas como parte del pago de sus deudas.
Según las investigaciones, el boleto de estas rifas (con un costo aproximado de 20 pesos mexicanos, que son algo así como 1.11-1.12 dólares) sirve como un comprobante de pago para el crimen organizado. Aunque se anuncian premios atractivos como dinero en efectivo, autos o electrodomésticos, los medios mexicanos señalaron que estos rara vez se entregan.
En ocasiones, los organizadores otorgan premios menores solo para mantener un mínimo interés y apariencia de legalidad. En los pasillos de los mercados, se ha detectado el uso de mujeres vestidas de manera llamativa para captar la atención y vender los boletos, mientras se ejerce presión y vigilancia sobre los locatarios para asegurar el pago.
Aunque las autoridades no han determinado si Prieto Valenciaparticipaba en la operación de estos esquemas o si era víctima de extorsión por parte de ellos, el ataque directo en su contra destapó la gravedad de estas redes en la zona. La presencia de ciudadanos colombianos en estas estructuras criminales ha quedado documentada mediante acciones policiales recientes.
En 2025, la Fiscalía de Jalisco informó sobre la apertura decarpetas de investigación por extorsión en el Mercado de Abastos que resultaron en seis personas detenidas, de las cuales cinco son de nacionalidad colombiana. Esta conexión no es nueva, ya que desde 2019 se tiene registro de intervenciones del Instituto Nacional de Migración (INM) en centrales de abasto por rifas organizadas por extranjeros bajo esquemas similares.
Zamora señaló que existenantecedentes y notas periodísticas que vinculan al empresario con estas prácticas, las cuales deben ser tomadas en cuenta obligatoriamente dentro de la investigación para determinar el móvil del crimen. Sin embargo, las autoridades mantienen abiertas otras líneas de investigación relacionadas con posibles conflictos derivados de su actividad comercial en el Mercado de Abastos.
Hasta el momento, la Fiscalía no ha confirmado si “El Prieto” participaba en la operación de estos esquemas o si, por el contrario, era uno de los comerciantes afectados y extorsionados por ellos. Los funcionarios también consideran que el estilo de vida del empresario, caracterizado por el uso de vehículos de lujo como el Lamborghini Urus y el acompañamiento constante de escoltas privados (ex militares), era un indicativo claro de su necesidad de protección ante amenazas en su entorno.
El ataque armado dejó un saldo de tres personas fallecidas: Alberto Prieto Valencia, quien murió de forma instantánea en el lugar junto a un escolta; Sara (hija de Alberto) tenía 16 años y resultó herida, murió en un centro médico. En los hechos cuatro escoltas resultaron gravemente heridos por impactos de arma de fuego.











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