Mientras la tormenta se dirigía a Jamaica, las autoridades evaluaban la enorme devastación en Carriacou y Pequeña Martinica, dos de las islas del país.
Redacción El Monitor
Según las autoridades, el huracán Beryl causó muchos más daños en las islas de Carriacou y Pequeña Martinica, donde las comunicaciones quedaron interrumpidas.
A medida que el huracán Beryl se dirigía hacia Jamaica y las Islas Caimán a primera hora del miércoles como una poderosa tormenta de categoría 4, surgió una imagen más clara de la devastación que había causado en dos pequeñas islas de Granada, con el líder de ese país calificando la destrucción de “inimaginable” y “total”.
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“Tenemos que reconstruir desde los cimientos”, dijo el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, en una rueda de prensa tras visitar las islas de Carriacou y Pequeña Martinica, arrasadas por Beryl el lunes.
Según las autoridades, alrededor del 98 por ciento de los edificios de las islas, donde viven unas 6000 personas, han resultado dañados o destruidos, incluido el principal centro sanitario de Carriacou, el Princess Royal Hospital, y su aeropuerto y puertos deportivos. El martes por la noche no había electricidad en ninguna de las dos islas y las comunicaciones estaban cortadas. Los cultivos habían quedado arrasados, y las calles estaban cubiertas de árboles y postes caídos.
El entorno natural también se vio afectado. “Literalmente, no queda vegetación en ningún lugar de la isla de Carriacou, los manglares están totalmente destruidos”, dijo Mitchell.
Pero el número de muertos parece ser bajo. Las autoridades han informado de tres muertes por la tormenta en Granada, dos de ellas en Carriacou. Se informó de otra en el país caribeño de San Vicente y las Granadinas, y un funcionario venezolano dijo el martes que se había informado de dos muertes en el norte de ese país.
Casas inundadas en el estado de Sucre, en el norte de Venezuela, el martes, tras el paso del huracán Beryl. Funcionarios dijeron que se habían reportado dos muertes en el estado. Credit.
Se espera que Beryl, que alcanzó la categoría 5 el martes por la mañana, siga siendo un huracán de gran intensidad cuando llegue a Jamaica y las Islas Caimán el miércoles, ya sea golpeándolas directamente o acercándose a ellas. El primer ministro Andrew Holness se dirigió al público jamaicano el martes por la noche, imponiendo un toque de queda de 12 horas a partir de las 6 a. m. Se emitió una orden de evacuación para las zonas bajas.
En las Islas Caimán, una ferretería repleta de compradores racionaba los sacos de arena, y los residentes con mucha experiencia en huracanes se preparaban para Beryl.
“Tenemos olas y viento, y hacemos lo mejor que podemos, pero esto, esto va a ser de otro nivel”, dijo Luigi Moxam, propietario de Cayman Cabana, un restaurante frente al mar en George Town, la capital de las Islas Caimán. Dijo que había pasado la mañana del martes “pelando el restaurante hasta dejarlo de forma esquelética”.
Mitchell dijo que muchas personas en la isla principal de Granada habían perdido sus casas, pero que la destrucción era mucho peor en Carriacou y Pequeña Martinica. Las autoridades aún estaban tratando de evaluar el alcance de los daños en las dos islas, en particular en la red eléctrica y el suministro de agua.
Granada, como otras naciones caribeñas, obtiene la mayor parte de su agua potable de la recolección de aguas de lluvia, que consiste en drenajes en los tejados que conducen a recipientes de almacenamiento. Terrence Smith, director de la agencia del agua del país, dijo que no se esperaba que los daños causados por la tormenta provoquen de inmediato una escasez que pusiera en peligro la vida en Carriacou y Pequeña Martinica.
“Creemos que es muy improbable”, dijo Smith el martes. “Si es cierto que la mayoría de las casas han perdido sus tejados, entonces ya no pueden recoger agua de lluvia. Pero muchos de estos hogares tienen semanas de almacenamiento”.
Sin embargo, una reciente sequía ha llevado a muchos hogares de las islas a depender de las plantas desalinizadoras de agua, y Smith dijo que las plantas en Carriacou y Pequeña Martinica fueron “probablemente afectadas de forma negativa por el huracán”. Ese sistema había estado bajo tensión mucho antes de que llegara el huracán.
Beryl ha batido récords al ser el primer huracán de categoría 4, y luego la primera tormenta de categoría 5, que se forma en el océano Atlántico tan temprano en la temporada. Según un estudio reciente, con el aumento de la temperatura de los océanos es más probable que los huracanes del Atlántico pasen de ser tormentas débiles a huracanes de categoría 3 o superior en tan solo 24 horas.
Mitchell calificó a Beryl de consecuencia directa del calentamiento global y afirmó que Granada y países como este estaban en primera línea de la crisis climática. “Ya no estamos dispuestos a aceptar que está bien sufrir constantemente pérdidas y daños significativos, claramente demostrados y derivados de fenómenos climáticos, y que se espere que reconstruyamos año tras año, mientras los países responsables de crear esta situación —y de agravarla— se quedan de brazos cruzados”, dijo.
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