Un muerto y miles de personas atrapadas por fuertes lluvias en el festival Burning Man, en Nevada
- MONITOR
- 5 sept 2023
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Redacción El Monitor
La utopía hippy para ricos del festival Burning Man, celebrado cada final de verano en el desierto de Black Rock, en Nevada (Estados Unidos), acabó convertida este pasado fin de semana en una enorme trampa de barro para sus decenas de miles de asistentes. Una persona ha muerto y hasta 70.000 participantes, según la CNN, quedaron atrapados como consecuencia de una serie de tormentas bíblicas que descargaron desde la madrugada del sábado sobre el lugar, convirtiéndolo en un cenagal impracticable que imposibilitó la circulación de los vehículos y obligó a quienes querían salir del recinto a caminar hasta 10 kilómetros a través del lodo. Finalmente, los organizadores levantaron la prohibición al tránsito de los coches este lunes por la tarde, poniendo fin a la pesadilla.
La policía ha anunciado la apertura de una investigación por el fallecimiento, del que por el momento no han trascendido más detalles. Las autoridades, que emitieron el sábado una recomendación a los atrapados de que “conservaran alimentos, agua y combustible, y que se refugiaran en un espacio seco y seguro”, confiaban en que pudieran salir a lo largo de este lunes, Día del Trabajo, festivo en Estados Unidos. Era la jornada de clausura originalmente prevista. Los organizadores comunicaron en internet que el comienzo de la evacuación de los vehículos estaba prevista hacia el final de la mañana, pero la agencia Reuters recogió testimonios de asistentes que hablaron de “un flujo constante de coches desde antes del amanecer”.
El acto central, la quema de una gigantesca estructura antropomórfica que simboliza la purificación de la comunidad de asistentes y que da nombre al festival, tuvo que aplazarse, dadas las cenagosas circunstancias. Se le tenía que haber pegado fuego, como de costumbre, el sábado por la noche.
Burning Man es un evento a medio camino entre festival contracultural y retiro espiritual secuestrado con los años por el gran circo capitalista, patio de recreo de famosos, influencers y miembros de la comunidad de tecnólogos con aspiraciones espirituales de Silicon Valley. Creado en 1986 en San Francisco por un grupo de inspiración poshippy, desde los noventa se organiza en el desierto de Nevada, en una zona protegida al noroeste del Estado, a decenas de kilómetros de cualquier lugar habitado. Cuál será el impacto medioambiental de la salida desordenada a la que los elementos han obligado este año es la gran pregunta que emergerá del barro seco, una vez la situación quede controlada.
Los participantes, que acceden a la zona con sus propios vehículos, gastan miles de dólares en un largo fin de semana y levantan una ciudad efímera en la que no existe el dinero, tienen que llevar consigo sus propios víveres. Tal vez por los esfuerzos, económicos y logísticos, a los que obliga, es también uno de esos eventos aspiracionales, difundido profusamente en redes sociales como Instagram. Este año, los vídeos, que mostraron una enorme planicie de barro y vehículos atascados, no daban ganas de estar allí.
Las cadenas de noticias se convirtieron el domingo en una retransmisión en directo de ese gran atasco de 4X4 y enormes autocaravanas atrapadas en el lodo. El lunes, las conexiones sobre el terreno de la CNN tomaron un tono más ligero, cercano incluso al humor, a medida que la situación fue dándose por controlada.
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