Redacción El Monitor
Las autoridades del estado brasileño de Río de Janeiro reportaron este martes más de 9.000 damnificados y siete ciudades se declararon en situación de emergencia por las lluvias que han dejado hasta el momento 13 muertos.
La Secretaría de Desarrollo Social y de Derechos Humanos de Río de Janeiro reportó de manera parcial “más de 9.000 damnificados”, con 300 personas que lo perdieron todo, por causa de las lluvias que se arrastran desde el último fin de semana.
El Cuerpo de Bomberos regional, en tanto, confirmó que el número de víctimas mortales subió a 13 con el rescate del cuerpo de una mujer que había sido arrastrada dentro de su automóvil por las corrientes de las inundaciones y que estaba dada como desaparecida.
Una familia en la puerta de su casa, alcanzada por la inundación (REUTERS/Pilar Olivares)
Según los datos de las alcaldías recogidos por la Secretaría, las inundaciones y los deslizamientos afectaron a 15.000 personas en todo el estado.
Ya las ciudades de Belford Roxo, Japeri, Mesquita, Nilópolis, Nova Iguaçu, Queimados, São Gonçalo y São João De Meriti, la mayoría en la región metropolitana de Río de Janeiro, la capital regional, se declararon en en estado de emergencia.
Las autoridades de Río de Janeiro continúan atendiendo a los damnificados por los torrenciales aguaceros del fin de semana en esta ciudad brasileña, que han dejado un saldo de 13 muertos y barrios enteros afectados por inundaciones.
El temporal que se extendió desde el sábado en la noche hasta la madrugada del domingo dejó un rastro de destrucción en la zona norte de la capital fluminense y en varios municipios de la zona metropolitana, los más afectados por las lluvias.
En Río, la ciudad más icónica de Brasil, la Defensa Civil informó que fueron registrados tres deslizamientos de tierra, 10 caídas de árboles, además de 21 puntos inundados, entre los cuales varios centros de salud.
Un hombre recibe botellas de agua en Duque de Caxias, Río de Janeiro (REUTERS/Pilar Olivares)
La Avenida Brasil, una de las principales de la ciudad, volvió a la normalidad luego de quedar completamente bloqueada el domingo por inundaciones.
Asimismo funcionan en su totalidad los trenes y el metro, que tuvieron que cerrar algunas líneas a la víspera, por el mismo problema.
Fue tal el caos causado en la ciudad que el domingo el alcalde tuvo que decretar estado de emergencia, ordenó el cierre de parques y canceló los ensayos de las escuelas de samba que estaban programados en el sambódromo.
Los estragos se vieron más evidentes desde el amanecer, con calles enteras convertidas en ríos en el área metropolitana de la ciudad y especialmente en Duque de Caxias, uno de los municipios de la zona más afectados por las lluvias.
“Fue mi hija la que nos avisó en la madrugada cuando ya había agua dentro de la casa. Ella despertó y ya estaba todo lleno de agua”, dijo a EFE Moacid Moreira de Lima, de 68 años.
“Es un sentimiento de indignación”, replicó su esposa, Leacir Martines de Lima, que culpó a los políticos de lo sucedido por el mal uso del dinero público pues “se aprovechan de la buena fe del pueblo para continuar engañándolo”.
Según explicó, los daños que sufrió se habrían podido evitar si se hiciera el mantenimiento adecuado de una represa vecina que casi siempre termina desbordada con las lluvias.
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