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La baja fertilidad será un problema grave en 2050


Un trabajo publicado en la revista científica The Lancet, que observa que más de la mitad de los países presentan una tasa de fertilidad demasiado baja para mantener su nivel de población.


Redacción El Monitor


En países con bajas tasas de fertilidad y altos ingresos, las autoridades deberán introducir políticas que apoyen la natalidad y favorezcan la inmigración.


La fertilidad en la mayoría de países es insuficiente para mantener la población, según señaló un estudio publicado el jueves, que augura una agravación del fenómeno en el mundo y a mayores desequilibrios entre regiones.


“La fertilidad está en declive en el mundo”, resume el trabajo publicado en la revista científica The Lancet, que observa que más de la mitad de los países presentan una tasa de fertilidad demasiado baja para mantener su nivel de población. Y “en el futuro, las tasas de fertilidad continuarán en declive en el mundo”, agregó.


El estudio se basa en cifras del Global Burden or Disease, un programa financiado por la fundación estadounidense Bill & Melinda Gates que busca reunir datos de salud de la mayoría de países.


Los investigadores también intentaron calcular la evolución de las tasas de fertilidad en función de numerosas variables como los niveles educativos o la mortalidad infantil.

Según estas estimaciones, para 2050, tres de cada cuatro países (155 de 204) tendrán una tasa de fertilidad insuficiente para garantizar el reemplazo demográfico. Y antes de final de siglo, la mayoría de países enfrentarán este problema. Según los expertos, subirá hasta el 97 % (198 de 204) en 2100.


Asimismo, predicen cambios pronunciados en los patrones de nacimientos, pues estos estarán cerca de duplicarse en las regiones de bajos ingresos, desde el 18 % de 2021 hasta el 35 % en 2100. En este sentido, uno de cada dos niños nacido en el planeta a final de siglo lo hará en el África subsahariana.


Los investigadores prevén que la población de países con menos ingresos continuará aumentando durante largo tiempo, especialmente en África subsahariana, y que bajará en los países desarrollados.


Este desequilibrio puede tener “consecuencias considerables en los planos económico y social”, alertaron.


Expertos de la Organización Mundial de la Salud advierten en el mismo número de la revista a ser prudentes con las previsiones lanzadas por este estudio y critican numerosas decisiones metodológicas, especialmente la poca fiabilidad de los datos disponibles en algunos países de menos ingresos.


“Hay que priorizar los matices y no el sensacionalismo cuando se habla de la caída de las tasas de fertilidad”, alertaron.


También señalan que este fenómeno tiene aspectos positivos (ambientales o de alimentación) pero también negativos para los sistemas de jubilación o el empleo, con lo que no hay “una forma evidente” de actuar al respecto.


Para hacer frente al aumento de la natalidad en estas zonas, el estudio recomienda mejorar el acceso de la población a métodos anticonceptivos e invertir en la educación de las mujeres.


Por contra, en países con bajas tasas de fertilidad y altos ingresos, las autoridades deberán introducir políticas que apoyen la natalidad y favorezcan la inmigración de cara a mantener el tamaño de su población y el crecimiento económico.


Las autoridades, dice el estudio, deben actuar para hacer frente a estos cambios demográficos que transformarán las sociedades, con «amenazas emergentes» para las economías, la seguridad alimentaria, la salud, el medio ambiente y la estabilidad geopolítica.


El estudio indica que, en general, los países necesitan tener una tasa de fertilidad total (TFR, en inglés) de 2,1 hijos por persona para sostener los relevos generacionales a largo plazo.


En sus tablas de análisis, los expertos avanzan que en 2100 solo seis países y territorios (Samoa, Somalia, Tonga, Níger, Chad y Tayikistán) tendrán una TFR por encima del 2,1.

La tendencia descendente en la natalidad, avisan, ”es especialmente preocupante”, por ejemplo, en países como Corea del Sur o Serbia, donde la tasa será de 1,1 hijos por persona a final de siglo.


Durante las próximas décadas, la TFR seguirá cayendo a nivel global hasta situarse en torno al 1,8 en 2050 y el 1,6 en 2100, «muy por debajo» del umbral aceptable para garantizar el relevo generacional.


En concreto, prevén que la tasa de fertilidad total para Europa occidental caerá al 1,44 a mediados de siglo y al 1,37 a finales, si bien países como Israel, Islandia, Francia y Alemania superarán al resto al situarse entre el 2,09 y el 1,40, respectivamente.


«Las implicaciones son enormes. Estas tendencias futuras en las tasas de fertilidad y de nacimientos reconfigurarán completamente la economía global y el equilibrio de poder internacional», apunta en un comunicado Natalia V. Bhattacharjee, coautora del trabajo.


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