Magdalena Santiago
Toluca, México. En el marco de las acciones que lleva a cabo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF México), en apoyo al gobierno del Estado de México habrá de invertir medio millón de pesos en la generación de cuatro viveros regionales.
En conferencia de prensa, Alhely Rubio Arronis, Secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Estado de México sostuvo que el primer vivero se va a establecer en el Parque Ambiental Bicentenario de Metepec y de principio se tendrán 5 mil plantas.
Refirió además que ya se está trabajando en Coacalco con una producción limitada y se está analizando si se instalan viveros en la zona sur y norte del Estado.
En tanto Eduardo Rendón Salinas, director del Programa Ecosistemas Terrestres de la WWF México, al tomar la palabra dijo que durante el 2023 se tuvo la primavera y el verano más calientes de los últimos 30 años, lo que afectó las plantas con las que se alimentan las larvas de las mariposas monarca.
De ahí la relevancia de estos cuatro viveros regionales porque salvar a las mariposas monarca implica también salvar los sistemas productivos que dependen de los polinizadores.
Firman GEM y ECOCE convenio para el cuidado del medio ambiente
En otro acto, la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en alianza con ECOCE implementará un programa para la correcta separación de residuos y la economía circular en dependencias gubernamentales.
Desde 2002 en el Estado de México, ECOCE recolectaron más de 2 mil 800 toneladas de residuos a través de diversos programas que involucran a más de 400 mil familias mexiquenses.
El evento fue encabezado por Alhely Rubio Arronis, Secretaria Medioambiental, y Jorge Terrazas Ornelas, Director General de ECOCE, quienes informaron que, entre las acciones que se llevarán a cabo en este convenio, destacan, la colocación de contenedores especiales para que la gente separe de manera adecuada los residuos reciclables que se generan diariamente en las oficinas de la dependencia estatal, como es el PET (botellas de bebidas), los empaques flexibles (como las bolsas de botanas y galletas), los envases de plástico rígido (como los de yogurt) y las latas de aluminio (como las de los refrescos).
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